La música vuelve a estar de luto, un grande parte y ha dejado un hueco que no podrá ser llenado nunca. Cinco años fue lo que le tomó a esa maldita enfermedad llevarse al querido Pau que lo aquejaba desde 2015.
Son tiempos difíciles, nada ni nadie nos prepara para la pérdida de un ser querido, y para muchos Pau Donés es eso, un ser querido. Este martes iniciamos con la desafortunada noticia de la partida del front manager de Jarabe de Palo, y aún no logro contener las lágrimas.
Con 53 años Pau Donés nos deja solos, con un hueco en el estómago y el corazón, pero con un increíble repertorio que sin duda alguna forma parte del soundtrack de la vida de todos.
¿Por qué duele? Sencillo, no se los voy a negar, y hablaré de por qué esto nos hace sentir tan mierda. Hace apenas unas semanas volvimos a verlo, con esa sonrisa tan característica de él. Pau volvía y no solo eso, volvía para cantarle a la vida, para homenajear a todos esos ángeles blancos que se están jugando la vida en la lucha por esta terrible pandemia que nos mantiene encerrados.
Hace apenas dos semanas “Eso que tú me das” veía la luz y nos iluminaba a todos, porque así era Pau, era ese amigo que no importa lo mierda que se sintiera, siempre tenía las palabras de aliento para reconfortar a nuestros corazones.
En este momento no podemos hacer nada más que seguir sus consejos de Pau, cuando el mundo se nos viene abajo ¡GRITA!
Las canciones de Jarabe de Palo no son solo eso, son momentos, personas, experiencias y un montón de recuerdos, son eso que nos hace vivir, que nos hace sentir y ponerle palabras a lo que no sabemos expresar.
¿Quien no ha llorado con algún tema de Pau? ¿Enamorado? Todos tenemos al menos una canción que nos recuerda alguna etapa de nuestras vidas donde la voz de Pau Donés se escucha de fondo.
Pau Donés luchó hasta el final, esa ha sido una de las mayores enseñanzas que nos deja, no importa que tan oscuro se vea el paisaje, siempre hay una sonrisa que puede iluminar hasta el día más negro.
Así era Pau, un ángel que estuvo entre nosotros por 53 años para enseñarnos a ver la vida con una sonrisa, a cantarle al amor y al desamor, que hay dos días en la vida, que todo depende del cristal con que se mire, que ahora con su partida somos unos completos incompletos.
Pau, gracias por tanto, con lágrimas en los ojos y un gran hueco en el corazón y el alma te decimos hasta luego, buen viaje querido.